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Aumenta la presencia de infancias en los museos

El grupo de delegaciones más numeroso

Aumenta la presencia de infancias en los museos

Publicado el 07/03/2018
Durante la última década, la presencia de niñas y niños de educación inicial en las instituciones estatales no superaba el 10% del total de visitantes. En el 2017, esa cifra tuvo un crecimiento importante que obedece, entre otros factores, a las múltiples ofertas culturales de los museos para este segmento etario.

El “Informe de usuarios en delegaciones que asistieron a los museos regionales y especializados”, elaborado por la unidad de Administración y finanzas, recoge anualmente los datos estadísticos que dan cuenta de la cantidad de personas que entra a los museos estatales, sus edades, tipo de delegaciones, tipo de oferta cultural escogida, entre otras informaciones. Uno de los datos que se extrae, es la cantidad de niñas y niños pertenecientes a primera infancia que ingresa a los museos. Hasta el año 2016, la visita de este grupo no superaba el 10% del total de personas.

Durante el año 2017 —según se resume en el documento descargable más abajo— el grupo de delegaciones más numeroso fue el de estudiantes de enseñanza inicial, alcanzando el 38% del total. Destacan en este análisis el Museo de Sitio Castillo de Niebla y el Museo de Historia Natural de Valparaíso, dado que alcanzaron porcentajes sobresalientes: 18% y 10%, respectivamente.

Este aumento puede atribuirse a dos factores: el primero es que la totalidad de las áreas educativas de los museos registra actividades para primera infancia, pasando por cuentacuentos; documentales con los más variados temas; talleres de paleontología, de arte, de huerta y de artesanía; karaokes infantiles; trabajos en terreno; visitas guiadas especializadas, etc. Y el segundo, es que desde hace varios años los museos regionales y especializados mantienen estrecha relación con jardines infantiles (privados y estatales), ofreciendo talleres y capacitaciones a educadoras y educadores de párvulos con el fin de socializar los beneficios de la educación patrimonial.

La iniciación temprana en el conocimiento, la interpretación y el goce del patrimonio no solo es un imperativo desde un enfoque de derechos, sino que también permite reconocer la mirada y los imaginarios que niñas y niños tienen en torno a la herencia y a la memoria de los lugares, contribuyendo con ello a la transformación de las prácticas y los discursos de las instituciones culturales.